jueves, setiembre 01, 2005

Sociedad civil y gobierno

En el presente tema, mi intención no es solamente ser puntual –y motivador- sino el de colocarme dentro de un contexto histórico y político para tratar de explicarnos la aparición de grupos e instituciones que, beneficiándose de nuestra idiosincrasia caracterizada principalmente por el desinterés por los asuntos nacionales y/o una memoria histórica cortoplacista, brinda las condiciones para que se desarrollen y consoliden grupos de poder. Los de poder económico, no nos son tan ajenos. Los de poder social y político, con aspiraciones –y vinculaciones- para alcanzar en última instancia, un relativo poder económico y convivir con los usufructuarios de la actual corriente económica -liberal no nacionalista-, es menos observado a pesar de su dinamismo y progresivo control de las decisiones de Estado.

Una expresión evidente de concertación de los grupos e instituciones para realizar su proyecto de presencia y control político-social, lo constituye la denominada Sociedad Civil, cuyo espacio de desarrollo se inició en universidades e instituciones profesionales denominadas "de prestigio", cuya proyección hacia el dominio político, pasaba por posicionarse como una "elite intelectual y académica". La oportunidad les llega - curiosamente - con el advenimiento del gobierno militar (1968-80), que abre el país real e histórico a los ojos de universitarios y académicos de dichas universidades, que asumen su "compromiso" con la posición nacionalista y el cambio de estructuras.

Precisamente, a mediados de los '70 y dentro de la denominada "segunda fase" (1975-80) del gobierno militar, tenían claro lo siguiente: (1) el poder económico, luego de la reforma agraria, ha cambiando de manos o de grupos; (2) el poder político de los partidos, luego de los cambios en el contexto económico-social, no reflejados necesariamente en sus ajustes de idearios y programas, devendrá en una suerte de anacronismo ante la nueva situación del país; y (3) frente a tal perspectiva, se abre un espacio de intervención tendiente a vincular los nuevos grupos económicos y el poder político, sin tener necesariamente a los partidos políticos como "intermediarios".

A partir de dicho análisis, surge entonces la estrategia de constituir ONG’s e integrarse dentro del conglomerado de instituciones sin fines de lucro, así como acercarse y establecer relaciones financieras sólidas –y permanentes- con los organismos internacionales de ayuda, como medio de lograr una "independencia" económica de sus miembros y un posicionamiento institucional a través de actividades y programas de apoyo a comunidades del interior del país. Desde luego, sin obviar vínculos amicales con las ONG’s "pobres" y/o responsables de los trabajos de campo.

Durante la década de los ochenta, y luego de entrar al proceso de consolidación (económica y política), se les hace necesario afinar la estrategia e iniciar el proceso de integrarse en asociaciones mayores, pero sin perder sus "líneas de trabajo", tal como: desarrollo rural, género, microempresas, crédito y otros. Posteriormente, en la década de los ´90, y como producto de las preocupaciones de los organismos internacionales por la aplicación de las "nuevas visiones" del mundo libre o agendas de desarrollo, se implementa la temática de: Lucha contra la pobreza extrema, que tiende a integrar las temáticas previas y ser el respaldo a los programas de ayuda social.

Dicha oportunidad –"coyuntura" le denominan - les abre una vía para introducirse en los niveles de decisión y/o de formulación de políticas de Estado. De allí, a autodenominarse sociedad civil y constituirse en nivel de intermediación "válido" entre Gobierno y Población, frente a la debilidad de los partidos políticos, no significaba más que un paso. Lógicamente, tenían que demostrar su habilidad y "legalizarse". No otra cosa fue promover la idea de no gobernabilidad y la necesidad de un "Acuerdo Nacional". Foro que no interesaba si era funcional y operativo, lo importante era "llevar" a los partidos y movimientos a aceptarlo. A la luz de los acontecimientos, es evidente que lo han logrado. Sin embargo, su siguiente movimiento en el desarrollo de sus visiones apunta – y están activos -, en constituirse en los líderes y/o árbitros del proceso de Descentralización-Regionalización que se lleva a cabo en el país.

Pero, ¿es realmente la denominada sociedad civil compatible con los mecanismos de participación de la población dentro del contexto de una sociedad democrática?... En principio considero que no. Salvo que la democracia deje de sostenerse en los partidos políticos – entendidos como formadores de ciudadanía y representativos de los intereses de la población, en cada caso – y se afirme en grupos y movimientos sin mayor organicidad y en consecuencia ajenos a las responsabilidades de las políticas de Estado que promueven. En cuanto a mi opinión sobre el tema de la sociedad civil, y considerando que sus miembros o asociados al tener limitadas condiciones para ser Partidos Políticos, debido al síndrome de "liderazgo natural", estarían inmersoso en un esquema de: Sociedad civil = No partido = No democracia...

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