viernes, setiembre 16, 2005

Waisman y los MEF-Boys

Como algunos de los lectores recordarán, hace unos tres meses se suscitó una suerte de confrontación entre el Vicepresidente de la República David Waisman y los funcionarios de mayor peso técnico-político del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), entre los cuales destacaban los viceministros del MEF, señores Zavala (actual titular del MEF) y Carranza, así como la señora Blume, jefa del gabinete de asesores. Dicha confrontación, producto de perspectivas diferentes u opuestas respecto a la asignación de recursos fiscales, principalmente para atenuar las demandas remunerativas de sectores sensibles de la Administración Pública, pareciera que se mantiene pero a un nivel relativamente discreto.

En aquella oportunidad - y aún hoy -, se evidenciaba que para la gente del MEF no era - ni es - esencialmente un problema de posiciones con respecto al manejo coyuntural de la economía del país. En realidad, se trataba de una demostración de poder. Era una señal clara y directa de quienes -desde Agosto del 1975-, son una especie de "gurús" que se mantienen tras bambalinas, y son los verdaderos artífices de ése gran tinglado de poder "alterno" al elegido por voto popular. Una estructura que - en principio - se integra en su "segunda" generación por asesores y funcionarios de "alto nivel". Los mismos que se reconocen como los verdaderos tomadores de las decisiones económicas y de la real conducción del país.

Escribo estas líneas, convencido de que no han "bajado la guardia", muy por el contrario. Ellos son conscientes y disfrutan el hecho de que con sus actos u omisiones influyen en la gestión pública y en el futuro del país; en consecuencia, las actitudes pasadas y las que van a ir tomando, tienen que ser objeto del dominio de la opinión pública en cuanto a sus motivaciones. Por lo demás, ahora y después, un gobierno debe expresar su autoridad sin someterse a grupos de poder que están más allá de las responsabilidades y del mandato conferido legítimamente por la población a sus representantes que conforman el poder ejecutivo y el poder legislativo. En tal sentido, es muy lamentable y de extrañar - como viene sucediendo hace 30 años -, que la autoridad de la Presidencia de la República sea expuesta y relativizada por dichos señores con el pretexto de "la responsabilidad fiscal".

Asimismo, hay que recordar el inicio de aquella confrontación: Waisman-MEF, que más allá de la demanda de David Waisman por "cifras claras" para negociar las demandas, lo que colmó la "paciencia" de dichos señores, fue la aprobación de leyes "no financiadas" por parte del Congreso. Sin embargo, y a sabiendas que de enfrentarse al Congreso se exponían y la cosa iba para más, decidieron "ningunear" al vicepresidente de la República. De todas maneras, dejaban en claro quienes mandan...

Bien, para quienes conocemos o hemos seguimos con sentido crítico, desde hace unos 30 años, la historia económica y política, no nos extrañan dichas actitudes. Por el contrario, nos llamaba la atención de que - ante declaraciones del señor Waisman - no se hubiera articulado una "línea de defensa" de quienes directamente o indirectamente favorecen políticas económicas supuestamente racionales pero que no hacen más que debilitar y empobrecer al país, como sociedad. Declaraciones que estaban enmarcadas dentro de preocupaciones legítimas por la real situación del país, y la cada vez más difícil sobrevivencia de la mayoría de la población, a pesar de las difundidas "cifras macro".

Desde luego, explicar sus mecanismos y procedimientos para favorecer a determinados grupos de la economía, excedería la finalidad puntual de éste artículo. En todo caso, y tomando como punto de partida las declaraciones del señor Waisman, relacionadas a revisar la ejecución del gasto público con la finalidad de definir la posibilidad de: atender -a niveles adecuados- las demandas laborales y el incremento de la inversión en pública en infraestructura social (salud y educación), podemos decir que las respuestas altisonantes y fuera de tono, resultaron exageradas por no decir malcriadas.

Por otra parte, si bien es cierto que las decisiones del Congreso y las inquietudes del señor Waisman, pueden ser parte de una estrategia política-social, ello en principio no las deslegitima, aún más, por provenir de instancias superiores, deberían ser objeto de análisis sustentados, discusión pública alturada y adecuadas respuestas por parte de los niveles técnicos. Creo que para ésa tarea se les paga, no para insultar o ningunear a las autoridades elegidas. En todo caso, como ciudadanos conscientes, hay que estar atento a los "eventuales" exabruptos de los MEF-Boys.

1 comentario:

Ernesto dijo...

Completamente de acuerdo, mal que bien Waisman tiene cierta legitimidad proveniente de las urnas y por los mismo los "tecnicos" hacen mal en el querer seguir siendo el poder tras el trono independientemente del gobierno de turno.
Ya una vez leia que a nivel de comisiones los tecnicos del MEF ninguneaban a los congresistas que con sus limitaciones (y muchas) responden a un electorado y (se supone) a una oferta electoral que deben defender.