jueves, setiembre 15, 2005

Sobre el Acuerdo Nacional...

Hace más de tres años, y a días de inaugurarse el denominado Acuerdo Nacional, redacté el siguiente artículo que fué publicado (26.Jul.02) por el diario "La Razón". Lo he releído y me parece que aún sigue vigente gran parte de su contenido, por lo que -a riesgo de molestar a algunos- lo someto a criterio de los que por "casualidad" leen éste blog. Advertencia; es un poco extenso, así que les pido un poco de paciencia...


ACUERDO NACIONAL, ¿una pérdida de tiempo?.

Cuando el país se debate en una crisis económica, social y política, resulta poco edificante –por no decir poco responsable- generar espectativas con respecto a un Programa Mínimo de Gobernabilidad, entiéndase ACUERDO NACIONAL; particularmente, cuando de la lectura del documento consensado y suscrito, no puede extraerse una visión clara respecto a los problemas fundamentales que enfrentamos y los factores que condicionan y definen nuestra crítica y lamentable situación como país, tanto como del grado de relación que dicha problemática tendría con las propuestas básicas de “gobernabilidad” que se plantean a través de los denominados CUATRO GRANDES OBJETIVOS.

Es evidente que los grupos "dominantes" dentro de las personas responsabilizadas de estructurar el referido documento, como las que han actuado de motivadores en las diversas reuniones, no han explicado con claridad suficiente y orientado adecuadamente –desde el punto de vista metodológico- respecto al tema de Gobernabilidad (y Economía). Las razones podrían ser: (1) No conocen lo suficiente la problemática del país, como para entender la crisis y explicar sus consecuencias a futuro; (2) La intención de lograr un documento “político” que satisfaga el ego de quienes piensan que a partir de su actual rol en la política, recién se empieza a construir la democracia; (3) La necesidad coyuntural y urgente de darle un soporte al gobierno ante la falta de credibilidad y consecuente inestabilidad por la que atraviesa. Desde luego, no por falta de un acuerdo político, sino por sus errores de gestión.

Si asumimos, con beneficio de la duda, que la intencionalidad sea la última mencionada, es razonable pensar que los principales participantes en la formulación del Acuerdo, han buscado una salida decorosa a la situación de gobernabilidad actual. Desde luego, en el entendido de que por ser coprotagonistas de la caída de la "dictadura", han asumido ante la población un compromiso de revertir todo lo criticado y cuestionado al régimen anterior, lo cual ante la calidad de gobierno actual, le es indispensable proyectar hacia la población una imagen de consenso y de interés en revertir la situación del país. La misma que en las propuestas no se evidencia con claridad y que se caracteriza -esencialmente-, por un orden económico que aceleradamente genera el desempleo y miseria para casi todos los peruanos; y que por su naturaleza y dinámica, tiende a contrariar el logro de objetivos como los propuestos en el Acuerdo.

Sin embargo, cualquiera sean las motivaciones, el pretender diseñar y responsabilizarse de un marco orientador de política en el ámbito de Gobierno, implica mucho más que intenciones de ser buenos ciudadanos y bastante sensibles por la democracia, el estado de derecho, la equidad, la justicia social, la competitividad del país (?), así como de un estado transparente y descentralizado. Que ello es fundamental y relevante en toda sociedad civilizada –o algo parecido-, desde luego que si. Pero, lo primero es lo primero, y lo primero es no limitarnos a plantear una suerte de instrucciones sobre lo que consideramos importante y prioritario para convertirnos en políticos responsables y comprometidos.

Desde luego, y aún si fuere así, el documento resultante denominado: Acuerdo Nacional, está muy lejos de constituir una guía de acción para los gobernantes, en la medida que al no ser producto de análisisis previos de una realidad condicionada por la actividad económica -básicamente-, sus propuestas no llegan a expresar una relación de causa-efecto entre las medidas de naturaleza económica y los resultados sociales (bienestar) y políticos (gobernabilidad) a alcanzarse.

Consecuentemente, no tiene ninguna posibilidad de éxito un Acuerdo Nacional sobre la base de la enumeración de temas y acciones sugeridas, sin establecer los factores e identificar los agentes responsables de la crisis que atraviesa el país; de manera tal que, como usufructuarios de la misma, asuman su rol y responsabilidades dentro del Acuerdo, a fin de hacer viable y gobernable el País. Un acuerdo sólo entre políticos -o quienes se pretenden tal-, no pasa de ser un saludo a la bandera.

Tambien es posible que se argumente que los representantes de los gremios y sectores económicos –productivos y de negocios- han participado de éste acuerdo, lo cual garantizaría su compromiso para con la gobernabilidad y el bienestar de la población. A ello podría decirles, sí señores... siempre y cuando no les afecten sus intereses. Entonces... surge la pregunta: ¿Puede ser gobernable el País sin reordenar la economía y fomentar el Empleo y el Ingreso?... ¿Están comprometidos los sectores empresariales dominantes a aceptar nuevas reglas de juego que tienda a restarles un poquito –siquiera- de sus ganancias a favor de un bienestar compartido?...

Evidentemente, si la respuesta es favorable, entonces el Acuerdo aún con sus limitaciones tendría posibilidad de alcanzar algunos de sus objetivos. Si no la es, tal como se desprende del diseño y contenido del documento del Acuerdo Nacional, sólo nos queda replantearnos el tema de gobernabilidad dentro de un contexto mayor e integrado: Economía-Sociedad-Política. La finalidad, en lo posible, sería arribar a un documento sobre Lineamientos de Desarrollo. Documento éste adecuadamente formulado y donde se contengan las líneas maestras de lo que sería o debería ser nuestra economía dentro de los siguientes 20 años... por lo menos.

Sólo a ése nivel, y estableciendo con claridad un marco económico referencial para fijar fines y objetivos de carácter nacional, así como para ser compatibilizado e insertado dentro de los Programas de Acción que aprueben y difundan los Partidos Políticos, los Gremios Empresariales y Laborales, las Instituciones, entre otros, será posible lograr una base sólida para la gobernabilidad del País.

Finalmente, y sin ánimo de ser un aguafiesta, particularmente de la denominada sociedad civil que se ha desvelado para lograr el documento en cuestión, cuyo esfuerzo debo valorar más no el resultado, deseo resumir la lógica conceptual y metodológica que sería básica para lograr un documento claro, estructurado y posible de ser operativizado mediante políticas y decisiones de gobierno concretas, cuyos resultados sean susceptibles de evaluarse periódicamente y medirse en términos de bienestar general para la mayoría de la población.

Esto es, que para definir OBJETIVOS, primero se debe definir o establecer cual es la SITUACION de la que se parte y cuales sus rasgos susceptibles de MODIFICAR por la acción del gobierno. Si no se está claro de ello, y con todo el respeto que se merecen, cualquier documento sirve... a los fines políticos, claro está, no para hacer un país donde se viva con Equidad y Justicia... Y si ello no se entiende lo suficiente, valga la ocasión para relevar el papel de la economía en la definición de una sociedad como la que deseamos para todos los peruanos y reconocer que: LO QUE GANAN ALGUNOS, LO PIERDEN MUCHOS... No hay misterio fuera de esta expresión. En consecuencia, hablar de una sociedad perfecta o perfectible, sin cuestionar instituciones –públicas y privadas-, grupos empresariales, lobbies en el Congreso, etc. Es poco menos que aplicarse una pomada para la piel, encima del vestido.

1 comentario:

Juan Arellano dijo...

¿Y tu crees que la sociedad civil pueda elaborar un documento con las características que indicas?

Mas seguro sería contar con un Plan nacional elaborado por un instituto nacional de planificacion q no tenemos y q debería hacerle seguimiento. esto sería vinculante y de obligación para todos los entes del estado. Aparejado a una verdadera carrera de la administracion publica, xq si cada q cambia un presidente cambia hasta el último chupe de los ministerios ... nunca se avanzara mucho, falta de continuidad q le dicen.

http://arellano.bloxus.com