sábado, setiembre 09, 2006

Globalización y Sentido de Patria

Bajo el pretexto de la globalización (“mundialización”, dice el FMI), ciudadanos nacidos en el Perú, de padres y/o ancestros peruanos, muchos de ellos profesionales y con títulos de universidad peruana, otorgados A NOMBRE DE LA NACION, no solo han abandonado principios y valores propios, como el sentido de patria, sino que pretenden convencernos de que el concepto de nación y territorio son una gran tontería, porque para ellos y a la luz del nuevo dogma “liberal y globalizante”, el Estado-Nación deviene en una suerte de anacronismo pernicioso que atenta contra sus esfuerzos intelectuales –y crematísticos- para colocarnos en la ruta del bienestar de la humanidad, y por “extensión”, a nosotros un grupo de terrestres que por costumbre “atávica” nos denominamos PERUANOS.

Muchos, en su pensamiento globalizante llevado al extremo, defienden un concepto de sociedad sin fronteras ni territorio propio, sin historia ni cultura, sin héroes ni orgullo. Para ellos, los que hablan o escriben sobre el Perú y su destino como Nación, se asemejan a tipos desubicados, anacrónicos o patéticos patrioteros. Por otra parte, es posible que algunos de los lectores podrían opinar que lo expresado es una exageración y que, nada de lo dicho, sustenta que profesionales, empresarios y políticos con un alto grado de influencia en las decisiones de gobierno y en la consecuente generación de políticas, tengan como finalidad inmediata y última perjudicarnos como Nación. Que en todo caso, el hecho de que hayan asumido al "liberalismo" como ideario y la "globalización" como acción, es más bien una posición militante y comprometida con el bienestar del país y que lo único que proponen es que nos modernicemos como Estado. Esto es, un Estado que declarativamente señale como fundamental establecer una economía social de mercado, pero que en la práctica se le niega su rol orientador de la economía.

Digamos, un Estado que solo se ocupe de dar las normas legales necesarias para que la actividad privada se desenvuelva con libertad y sujeta a las leyes del mercado, donde la competencia (¿?) entre empresas sea el motor de la una economía eficiente y generadora de bienestar. Un estado que, mientras se van dando los “ajustes” a la economía de la competencia, asuma los inevitables efectos de los mismos: desempleo, pobreza, hambre, insalubridad y... un creciente proceso de exclusión social con pérdida de dignidad. Un estado que sea pequeño (¿?) y eficiente (¿?), que no cueste mucho al fisco, y que libere recursos para invertir en la mejora de infraestructura que favorezca la actividad privada, así como para financiar programas sociales que eviten el descontento político-social de quienes sufren los desajustes del sistema. Programas que esencialmente mantengan bajas las expectativas de salario y empleo de los más afectados...

Un Estado, en suma, que mantenga las reglas de juego de los inversionistas y que no pretenda “meter las narices” en como se lograron esas sagradas reglas. También nos insisten en ser serios y responsables a fin de no dar “señales negativas” a los inversionistas y/o beneficiarios de la coyuntura de crecimiento del PBI. Un estado que asegure al mundo, en particular a vecinos ambiciosos y poco leales, que sus inversiones cuentan con todo el respaldo que quieran, aún cuando ellos no sean respetuosos y recíprocos. Desde luego, porque estamos “obligados” a demostrar que somos unos caballeros. ¡No faltaba más!.

Un Estado, y sociedad nacional en fin, que deje de pensar que una economía propia, competitiva y soporte para el desarrollo y bienestar de sus ciudadanos, es la base de la Defensa Nacional, porque para ellos -los "liberales"- pensar y expresarlo, no son sino pamplinas de patrioteros. Evidentemente, sus “convicciones” les llevan a razonar en el sentido de que en un mundo globalizado y sin fronteras, ningún grupo de la “aldea global” y cualquiera sea su gentilicio, NO tienen interés por territorios del vecino, ni mucho menos someterlo a sus intereses. ¡Imagínese!... si todos somos excelentes amigos y tenemos un gran respeto "recíproco" por las inversiones y empresas, en particular de los vecinos. Por favor, nos dicen nuestros globalizadores, no se queden... la globalización es la voz... esperen y van a ver que el bienestar está a la vuelta de la esquina... paciencia... Y nos recalcan, con sapiencia de petulantes, que eso de sentido de Patria, aparte de idealismo tercermundista, es definitivamente un concepto retro...

(Nota.- Redactado el 23.Ago.02... pero como poco cambian las cosas, sigue siendo vigente)

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