Francia, EE.UU., Islamismo y Cristianismo (¿?)...
Desde antes del trágico 11 de septiembre -hace 5 años-, y quizás desde la elección de G.W. Bush, la agenda de la política exterior norteamericana, además de motivaciones bélico-financieras, ha estado marcada por una tendencia moral-religiosa de naturaleza cristiano-reformista (y evidentemente, fundamentalista), que ha venido convirtiendo la lucha contra el Islamismo, en una suerte de “cruzada cristiana”, donde los puros de corazón son los cristianos-reformistas liderados por EE.UU. e Inglaterra, y los musulmanes son los impíos (o siervos de Satán), y por tanto “erradicables” estén donde estén.
Precisamente, dicho fundamentalismo religioso y recreado como una suerte de anglicanismo en EE.UU., explicaría la mediática identificación del terrorismo con el “fanatismo” musulmán. De allí que, el señor Bush y sus asociados (“pastores-políticos”), asuman que la lucha entre el bien y el mal, se materializa en la confrontación definitiva entre cristianos-reformistas y musulmanes-extremistas.
Sin embargo, existe cierto orden selectivo en dicha identificación. Para ellos (y el “mundo libre”), los musulmanes más extremistas son los Chiítas, excluyendo -por ahora- a los musulmanes Sunitas. Ahora bien, resulta que coincidentemente dicha corriente musulmana tiene una presencia determinante en tres países: Irak, Irán y Líbano. Países sobre los cuales la presión política-económica “mundial” viene siendo una constante.
Pero, la gota que tiende a derramar el vaso, ha sido la invasión israelí al Líbano -pretextos aparte- y que ha significado una posición endurecida de Francia, con quienes los libaneses tienen vínculos tradicionales. Además de una consideración poco explicada. Que dentro de la población francesa -nativos y naturalizados-, la comunidad musulmana representa el 10%. Lo cual, aparte de vínculos nacionales, implica un gran peso político disuasivo.
De allí que la Resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, que establece una -no muy clara y tardía- suerte de tregua y/o retiro de las tropas israelíes, luego de la ofensiva devastadora que ha afectado las bases del desarrollo libanés, no puede ser tomada sólo como un acto de justicia internacional y/o respeto a la autodeterminación, sino como una advertencia de moderación por parte de Francia. En todo caso, queda pendiente dilucidar con amplitud, cual es el alcance e impactos sobre la comunidad internacional de la estrategia militar-religiosa de los EE.UU. de... G.W. Bush y Condoleezza Rice.
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