La política del “Sí o Sí”...
En varios de los artículos de ésta página, se ha tratado una serie de decisiones gubernamentales relacionadas a temas o propuestas que siendo trascendentes para el futuro económico del país, han sido manejados en un plano estrictamente político y/o de “negocios”, siendo evidente que en la toma de decisiones se ha relativizado o anulado -con el “entusiasta” apoyo de los medios- las opiniones y/o alternativas técnica y económicamente razonables, que por cierto, contrariaban la finalidad y “oportunidad” de las decisiones favorables a grupos de poder que ejercen una activa “asesoría” al mas alto nivel del gobierno. Para el caso, revisemos de manera puntual las principales:
(1) La Interoceánica.- Un proyecto que sin haberse sometido a los procesos que la normatividad exige, tal como la Ley del Sistema Nacional de Inversión Pública (SNIP), se “aprobó” mediante normas de menor jerarquía y cuyo uso son limitadas a situaciones de emergencia nacional, donde la naturaleza de excepción demanda acciones para afrontarla. En este caso, no hay ninguna razón que lo amerite; en particular, porque un proyecto vial como el planteado requiere análisis de impacto ambiental, técnicos, económico-productivos y financieros, entre otros.
(2) Las macroregiones.- Mecanismo de integración de regiones sin un propósito claro y definido. El mismo que se ha tratado de sustentar sobre la base de la “complementariedad económica” y de “articulación” dentro de espacios mayores, como si ello no hubiera sido posible mediante acuerdos interregionales y sin llegar al menoscabo del principio de autonomía que le es propio a las actuales regiones-departamento. Evidentemente, los problemas sociales y políticos que implica su forzada “unión”, van a hacer palidecer los efectos de los “incentivos” tributarios y/o presupuestales, prometidos como “estímulo” para quebrar la voluntad de las administraciones regionales comprometidas en esta aventura de descentralización “a fondo”.
(3) El Tratado de Libre Comercio (TLC).- Un acuerdo sobre comercio bilateral con EE.UU. cuyos efectos de las concesiones hechas -o por hacerse- no han sido debidamente discutidas, no por los actuales beneficiarios y/o perjudicados, sino dentro de la perspectiva de un marco de desarrollo nacional a largo plazo. Es como si la estructura y dinámica productiva del país fuera a mantenerse indefinidamente, cuando es un consenso que estamos ante un modelo económico favorable a la especulación empresarial y generador de desempleo y pobreza generalizada. Es evidente que la falta de objetivos mayores y la improvisación de los tomadores de decisión, nos llevan a apostar por aprovechar las “coyunturas” del mercado.
(4) El Anillo Energético.- Otra propuesta que nos lleva a reforzar nuestro rol en la economía regional -y mundial- de ser exportadores primarios; esto es, de materias primas y sin mayor valor agregado. Lo importante de tener el recurso del gas, fuente no renovable de energía, es si vamos a transformarla en nuestro territorio, con la consecuente generación de empleo e ingresos para nuestra población desocupada y sin futuro, o si vamos a cometer la estupidez de venderlo como tal. Si nuestros vecinos, como Ecuador y Chile necesitan energía eléctrica, pues vendamos energía eléctrica, cuyo valor agregado y beneficios serviría a su vez para iniciar una agresiva política petroquímica. No olvidemos que estamos frente al mar y tenemos los puertos más profundos (de mayor calado) del Pacífico Sur, lo cual nos da una posición estratégica con respecto a Asia y Oceanía, donde se ubican las principales economías en crecimiento
Entonces... con decisiones como las que se vienen tomando (Sí o Sí), y que siguen a intereses bien definidos, podemos hablar de un país con futuro... Por favor, dejemos las anteojeras y afrontemos la realidad, comprometidos no con gobiernos complacientes, sino con quienes propongan y sean capaces de llevar a cabo un sustentado Proyecto Nacional... de y para los peruanos.
(1) La Interoceánica.- Un proyecto que sin haberse sometido a los procesos que la normatividad exige, tal como la Ley del Sistema Nacional de Inversión Pública (SNIP), se “aprobó” mediante normas de menor jerarquía y cuyo uso son limitadas a situaciones de emergencia nacional, donde la naturaleza de excepción demanda acciones para afrontarla. En este caso, no hay ninguna razón que lo amerite; en particular, porque un proyecto vial como el planteado requiere análisis de impacto ambiental, técnicos, económico-productivos y financieros, entre otros.
(2) Las macroregiones.- Mecanismo de integración de regiones sin un propósito claro y definido. El mismo que se ha tratado de sustentar sobre la base de la “complementariedad económica” y de “articulación” dentro de espacios mayores, como si ello no hubiera sido posible mediante acuerdos interregionales y sin llegar al menoscabo del principio de autonomía que le es propio a las actuales regiones-departamento. Evidentemente, los problemas sociales y políticos que implica su forzada “unión”, van a hacer palidecer los efectos de los “incentivos” tributarios y/o presupuestales, prometidos como “estímulo” para quebrar la voluntad de las administraciones regionales comprometidas en esta aventura de descentralización “a fondo”.
(3) El Tratado de Libre Comercio (TLC).- Un acuerdo sobre comercio bilateral con EE.UU. cuyos efectos de las concesiones hechas -o por hacerse- no han sido debidamente discutidas, no por los actuales beneficiarios y/o perjudicados, sino dentro de la perspectiva de un marco de desarrollo nacional a largo plazo. Es como si la estructura y dinámica productiva del país fuera a mantenerse indefinidamente, cuando es un consenso que estamos ante un modelo económico favorable a la especulación empresarial y generador de desempleo y pobreza generalizada. Es evidente que la falta de objetivos mayores y la improvisación de los tomadores de decisión, nos llevan a apostar por aprovechar las “coyunturas” del mercado.
(4) El Anillo Energético.- Otra propuesta que nos lleva a reforzar nuestro rol en la economía regional -y mundial- de ser exportadores primarios; esto es, de materias primas y sin mayor valor agregado. Lo importante de tener el recurso del gas, fuente no renovable de energía, es si vamos a transformarla en nuestro territorio, con la consecuente generación de empleo e ingresos para nuestra población desocupada y sin futuro, o si vamos a cometer la estupidez de venderlo como tal. Si nuestros vecinos, como Ecuador y Chile necesitan energía eléctrica, pues vendamos energía eléctrica, cuyo valor agregado y beneficios serviría a su vez para iniciar una agresiva política petroquímica. No olvidemos que estamos frente al mar y tenemos los puertos más profundos (de mayor calado) del Pacífico Sur, lo cual nos da una posición estratégica con respecto a Asia y Oceanía, donde se ubican las principales economías en crecimiento
Entonces... con decisiones como las que se vienen tomando (Sí o Sí), y que siguen a intereses bien definidos, podemos hablar de un país con futuro... Por favor, dejemos las anteojeras y afrontemos la realidad, comprometidos no con gobiernos complacientes, sino con quienes propongan y sean capaces de llevar a cabo un sustentado Proyecto Nacional... de y para los peruanos.
2 comentarios:
Me da mucha pena ver como mi país es entregado sin verguenza alguna por nuestra clase política sin que estos emitan una posición importante en contra de la venta de nuestro gas.
Tan dificil es para la gestión actual de Gobierno,plantear una estrategia interna para conseguir construir aqui mismo (Perú) una planta Transformadora de Energía en base al Gas de Camisea y otros que vayan descubriendo..? no se dan cuenta que eso representaría MAYORES INGRESOS (porque la energia tendria un precio mayor que el de la materia prima) y GENERACIÓN DE EMPLEO (porque obviamente se necesitaría personal admisnitrativo y tecnico)..? Es ahi que nos preguntamos porque el Gobierno no lo hace o es que antepone intereses particulares o EMPRESARIALES!! a los interes del país.
Hasta cuando nuestra clase política seguirá vendiendo de a pocos nuestra patria...?
Hoy nuevamente estamos frente a lo que bien has definido, la política del "sí o sí". Hoy estamos a pocos días de un referendum que busca tan sólo cumplir con la formalidad democrática, pero que al parecer no le importa si el ciudadano que votará está conciente de su derecho y de su decisión. Vemos una intensa propaganda del Sí, muy al margen de indicarnos el porqué será bueno votar por el sí. Hoy, plantear una posición como el "no" es ser centralista, no querer el desarrollo de un país, etc. Es una farsa electoral. Estas elecciones son realmente una burla a la democracia.
Dimitri Senmache
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