martes, julio 25, 2006

Sobre la OMC, Ronda de Doha y ... TLC's

Nota: Artículo tomado de "AmericaEconomía Online", cuyo contenido refleja las "dificultades" que atraviesa la Organización Mundial del Comercio (OMC) para avanzar en el proceso de liberalización del comercio internacional. Siendo el tema de los subsidios agrícolas, uno de los más "sensibles" y menos "negociables" por parte de los países de mayor desarrollo económico, en particular de los Estados Unidos.



Precisamente, el haber "acumulado" acuerdos comerciales bilaterales ("TLC's") con la mayoría de países en desarrrollo, le viene brindando una capacidad "negociadora" ( y deliberante) dentro de la OMC, como para condicionar el proceso dentro de sus fines hegemónicos en el contexto mundial. Es decir, la OMC trata de establecer un contexto comercial multinacional relativamente favorable para países agrícolas como los nuestros, pero... nosotros apostamos por la principal economía que se opone a ello, a través de las firmas de "TLC's"...




Martes 25 de julio, 2006 - Amorím insiste en que “fracaso de G20 no es definitivo”

(AméricaEconomía.com) El canciller y principal negociador de Brasil en la Organización Mundial de Comercio (OMC), Celso Amorím, aseguró que pese al fallido resultado de la reunión del Grupo de los 20 (G-20) realizada este fin de semana, "el fracaso no es un fracaso definitivo".

"Yo tengo confianza en que la ronda (de negociaciones) será retomada...ahora si será en dos, tres o seis meses...es una cuestión que yo no puedo decir en este momento", agregó Amorím, entrevistado por el noticiero brasileño GloboNews desde Ginebra, donde se llevó a cabo el encuentro ministerial de la OMC.

Consultado por el fracaso de la reunión suspendida ayer, el canciller de Brasil dijo que "la principal razón, repito no es la única" para la suspensión de las negociaciones fue "la dificultad de Estados Unidos de avanzar en la cuestión de los subsidios" o mejorar su oferta de reducción de las ayudas anuales que entrega a sus agricultores”.

En las últimas semanas, Brasil venía insistiendo en que las conversaciones necesitaban un impulso de los líderes mundiales porque "sería demasiado grave" el fracaso de la llamada Ronda de Doha, o la fase de negociaciones lanzada en la capital de Qatar en 2001.

Esta ronda lleva dos años de atraso en conseguir su meta de cerrar un acuerdo mundial que liberalice el comercio entre los 149 miembros de la OMC. El principal obstáculo hasta ahora radica en el estancamiento de las discusiones para lograr un mayor acceso de los países en desarrollo a los mercados agrícolas de los países ricos, a cambio de una apertura de los sectores de bienes industriales y servicios de las naciones en desarrollo.

En la cita realizada este fin de semana, participaron los cancilleres del G20, encabezado por países en desarrollo con potencial industrial, y entre los que se incluyeron representantes de Sudáfrica, Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, China, Cuba, Egipto, Filipinas, Guatemala, India, Indonesia, México, Nigeria, Paquistán, Paraguay, Tailandia, Tanzania, Uruguay, Venezuela y Zimbawe.

La organización lamentó ayer, a través de un comunicado, el colapso de las negociaciones en la OMC y aseguró que “se perdió una oportunidad para cortar los multimillonarios subsidios de países ricos que amenazan a los agricultores de todo el mundo”.

"El G20 lamenta que no haya sido posible completar las negociaciones y ahora es prácticamente seguro que la OMC no completará la Ronda de Doha al final de 2006", consignó el comunicado.

El colapso de la negociaciones constituye "una oportunidad perdida para cortar los voluminosos subsidios que distorsionan el comercio y que continuarán amenazando los medios de vida de los agricultores del mundo en desarrollo", concluyó el G20 tras 14 horas de negociaciones que no produjeron ningún avance en el recorte de los subsidios agrícolas y la reducción de los aranceles para la agricultura.

martes, julio 18, 2006

Proinversión, aeropuertos y privatización...

Hace algunos años, y dentro de la “moda” privatizadora, se dio en concesión el principal y más importante aeropuerto del país (“Jorge Chávez”). La ganadora, una empresa (LAP) cuya constitución legal y monto de capital inicial, fue acremente criticada por ciertos sectores de la prensa y algunos de los conocedores del tema aeroportuario. Entre los cuestionamientos se señalaba su reciente constitución y escaso capital como para ser siquiera pre-calificada como postor. Mucho menos para ser calificada. Sin embargo... se llevó la buena pro.

Ello demostraría que tras el poder político -expresado en el gobierno de turno-, prevalecían nuevos grupos “empresariales” que en alianza con los tecnoburócratas -de siempre-, pretendían afianzar sus propios fines. Por un lado, el negocio fácil de tomar bajo control o propiedad empresas públicas rentables. Por el otro, y asumiendo su honestidad profesional, funcionarios y asesores convencidos de que un Estado reducido y ajeno a la función empresarial, era la vía más adecuada para impulsar el desarrollo del país.

Estos últimos, sostenían -y sostienen- de manera general, que: (i) las empresas estatales son un factor “distorsionador” del mercado, en la medida que sus precios se mantenían bajos al usar subsidios (cobertura de pérdidas operacionales), razón por la cual “evitaban” un marco de competencia y eficiencia en la asignación de recursos; (ii) los recursos asignados por el Estado para mantener operativas dichas empresas, no hacían más que distraer recursos presupuestales que eran necesarios para satisfacer otras necesidades sociales (salud, educación, infraestructura económica, etc.); (iii) la empresa privada es la única creadora de riqueza y generadora de bienestar, tal como se ha demostrado (¿?) en los últimos años; (iv) el Estado, es “probadamente” un ineficiente gestor empresarial; y (v) la gestión de empresas públicas es un medio de “corrupción y desestabilización de gobiernos y la democracia (¿?)”...

Evidentemente, dichas ideas o razones progresiva y agresivamente divulgadas, han impregnado de manera tal el imaginario popular y sectores políticos, que se han convertido en “principios” de política económica, cuyo cuestionamiento es motivo de “herejía” y exclusión técnica y/o académica. Sino la muerte política de quienes los contraríen. Precisamente, los inmaculados “profetas” del neoliberalismo, y de la reducción o minimización de la acción del Estado, insisten en desmontar (¿desinteresamente?), todo lo que pueda recordar a una economía mixta donde el Estado asume el rol de promotor y de regulador de los excesos de la actividad privada empresarial.

Precisamente, la concesión del Aeropuerto “Jorge Chávez”, una unidad empresarial altamente rentable (con ingresos netos de más de 30 millones de dólares anuales), que sostenía dentro de CORPAC la operatividad de los demás aeropuertos nacionales, fue seccionada dentro de una estrategia de minimizar el valor operacional de los aeropuertos que ahora se pretende privatizar (concesionar) bajo condiciones mínimas y facilitando que sectores “inversionistas” recreen luego un holding aeroportuario -una suerte de Córpac privado- que tenga el control (uso y abuso) de los servicios aéreos de todo el país.

Una estrategia, al igual que la de los servicios portuarios, que camina sumamente aceitada y sin mayor oposición de quienes asumieron la responsabilidad de ser gobierno. Sin embargo, aún queda pendiente la pregunta, que hasta ahora no tiene respuesta clara y transparente: ¿Cuánto millones de dólares del Aeropuerto “Jorge Chávez” han ido a engrosar la cuenta patrimonial de una empresa (LAP), cuyo capital previo a la concesión, no superaba los 10 mil dólares?... De hecho, las cifras contables sufrieron una suerte de escamoteo de una realidad empresarial que les impedía justificar a Proinversión y amigos, la subasta del patrimonio nacional, como tantas otras privatizaciones. Porque, de haber habido racionalidad y transparencia, la prioridad privatizadora hubiera sido la de concesionar o vender las empresas públicas que mostraban resultados negativos... no las que generaban y generan utilidades. Pero, como comprenderá, la racionalidad y transparencia ha sido un tema ajeno a los privatizadores...