Perú: Retracción con Inflación...
A raíz de artículos previos, algunos lectores -y amigos- me han solicitado explicar la situación de nuestra economía y sobre la cual he mencionado que es "... curiosa y contradictoria", en el sentido que se viene dando tendencias hacia la retracción generalizada del consumo interno y niveles crecientes de inflación. Es en razón a ello, que me permito insertar un complemento al tema tratado.
Es tambien mi intención, que la presentación y comentarios relacionados a los datos contenidos en los cuadros que se insertan a continuación, pueden dar una idea o perspectiva de cómo ambas tendencias se pueden presentar en un período determinado, hasta que una de ellas predomina y se impone a la otra. Desde luego, sin que desaparezca, porque constituyen el anverso y reverso de los procesos económicos.
En el ejemplo, tratamos básicamente sobre incrementos en el precio (inflación) y disminución -a la vez- del consumo (retracción); sin embargo, en la exposición se resalta -por ser consustancial- las interrelaciones que se dan entre el ingreso, precios y el nivel de vida o bienestar de las familias.
En el cuadro precedente, se puede observar que, a partir de un ingreso-base para la población EMPLEADA (que es una fracción ante la subempleada y sin empleo), una variación -incremento- en el precio de un bien esencial (alimentación) como el arroz, impacta directamente sobre el volumen de compra y en consecuencia sobre la disponibilidad de alimento y la calidad de vida.
Veamos las cifras: (i) mantener por largo tiempo el nivel de ingresos, ante una subida constante de precios -cualquiera sea el porcentaje-, disminuye la disponibilidad de bienes que puedes adquirir; (ii) la disminución de bienes disponibles para tus necesidades básicas (alimentación), implica un deterioro del nivel de vida y pérdida de bienestar; (iii) si bien la remuneración-base establecida es un ingreso, el mismo es de carácter MONETARIO, siendo el ingreso REAL el que se traduce en un volumen de bienes a adquirir considerando los precios vigentes; y (iv) el deterioro del nivel de vida es la pérdida (no consumo) porcentual de bienes disponibles, tal como se nota en la última columna.
Asimismo, en el cuadro precedente, se ha ajustado los niveles de ingreso MONETARIO, considerando los nuevos precios y el nivel de consumo de bienes al inicio del período, a fin de recuperar -al menos- el ingreso REAL. Del cálculo, se sigue que para mantener el nivel de vida inicial (cantidad de bienes), el ajuste deberá ser proporcional al incremento promedio de los bienes (y/o servicios). En este caso, el ajuste al final de los períodos deberá ser del 25%, como ejemplo.
A quienes consideren que el ejemplo o explicación es demasiado simple y que ninguna familia gasta todo solo en arroz, debo precisar que tienen la razón. Sin embargo, el procedimiento para calcular el ingreso real a partir de un ingreso monetario, es válido para dos o más productos (bienes y servicios). En dichos casos, se hace los cálculos a partir de la estructura de consumo para cada estrato social y por localidades. Estructura que es conocida como CANASTA FAMILIAR.
Es tambien mi intención, que la presentación y comentarios relacionados a los datos contenidos en los cuadros que se insertan a continuación, pueden dar una idea o perspectiva de cómo ambas tendencias se pueden presentar en un período determinado, hasta que una de ellas predomina y se impone a la otra. Desde luego, sin que desaparezca, porque constituyen el anverso y reverso de los procesos económicos.
En el ejemplo, tratamos básicamente sobre incrementos en el precio (inflación) y disminución -a la vez- del consumo (retracción); sin embargo, en la exposición se resalta -por ser consustancial- las interrelaciones que se dan entre el ingreso, precios y el nivel de vida o bienestar de las familias.
En el cuadro precedente, se puede observar que, a partir de un ingreso-base para la población EMPLEADA (que es una fracción ante la subempleada y sin empleo), una variación -incremento- en el precio de un bien esencial (alimentación) como el arroz, impacta directamente sobre el volumen de compra y en consecuencia sobre la disponibilidad de alimento y la calidad de vida.
Veamos las cifras: (i) mantener por largo tiempo el nivel de ingresos, ante una subida constante de precios -cualquiera sea el porcentaje-, disminuye la disponibilidad de bienes que puedes adquirir; (ii) la disminución de bienes disponibles para tus necesidades básicas (alimentación), implica un deterioro del nivel de vida y pérdida de bienestar; (iii) si bien la remuneración-base establecida es un ingreso, el mismo es de carácter MONETARIO, siendo el ingreso REAL el que se traduce en un volumen de bienes a adquirir considerando los precios vigentes; y (iv) el deterioro del nivel de vida es la pérdida (no consumo) porcentual de bienes disponibles, tal como se nota en la última columna.
Asimismo, en el cuadro precedente, se ha ajustado los niveles de ingreso MONETARIO, considerando los nuevos precios y el nivel de consumo de bienes al inicio del período, a fin de recuperar -al menos- el ingreso REAL. Del cálculo, se sigue que para mantener el nivel de vida inicial (cantidad de bienes), el ajuste deberá ser proporcional al incremento promedio de los bienes (y/o servicios). En este caso, el ajuste al final de los períodos deberá ser del 25%, como ejemplo.
A quienes consideren que el ejemplo o explicación es demasiado simple y que ninguna familia gasta todo solo en arroz, debo precisar que tienen la razón. Sin embargo, el procedimiento para calcular el ingreso real a partir de un ingreso monetario, es válido para dos o más productos (bienes y servicios). En dichos casos, se hace los cálculos a partir de la estructura de consumo para cada estrato social y por localidades. Estructura que es conocida como CANASTA FAMILIAR.
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