lunes, diciembre 05, 2005

CADE, empresarios y la señora Karp

Si es correcto lo referido en la sección "Carnecitas" del diario "La Razón" (02.Dic.05), respecto a un comentario de la primera dama con relación a los empresarios peruanos, estaríamos ante una relación contradictoria... aparentemente. Aclaremos, hace unos 7 meses fue entrevistada la señora Karp en el espacio dominical "Panorama" del Canal 5 ("Panamericana"), durante la cual la conductora le hizo referencias sobre la situación política en el Ecuador, la que luego de una serie de marchas callejeras contra la gestión del presidente Lucio Gutiérrez, tuvo como desenlace que el Congreso ecuatoriano declarase la "vacancia" presidencial, designándose como reemplazante al vicepresidente Alfredo Palacio, actual gobernante. En tal sentido, la pregunta emergente era directa y basada en cierto paralelismo con la situación del Perú, donde se venía dando similares manifestaciones de rechazo a la gestión del señor Toledo. Preguntada la señora Karp si sería posible que la situación del Perú tenga un desenlace a la ecuatoriana..., respondió con mucha soltura y tranquilidad: "... no lo creo, los empresarios están conformes con nosotros...".

Una ligera digresión. Lo declarado en dicha oportunidad por la señora Karp, es exactamente una validación de la tesis que se viene sosteniendo, respecto al control del poder por parte de los empresarios "más importantes" y/o "estudios jurídicos" asociados a los mismos. El que la primera dama lo haya sostenido con firmeza, no significa una respuesta impensada o algún exabrupto. De ninguna manera. Quienes siguen con atención su participación en la política nacional, reconocen que tiene muy claro como se estructura y maneja el poder en el país. Desde luego, dicho conocimiento ha hecho posible que muchas de las decisiones de gobierno sean coherentes con las demandas de dicho poder y de los "amigos" que les han apoyado a ser gobierno. Sobre todo con los primeros, de quienes reconoce su "capacidad" deliberante y/o articulador de medios y recursos para generar "inestabilidad" política, económica y social dentro país, así como lograr consensos internacionales para agudizarla. Por lo demás, y reconociéndose parte del tinglado, obviamente dicha declaración no fue "levantada" y hecha titulares por la "prensa nacional"... ya que significaba "romper" una regla básica: NO EXPONER o DESCUBRIR AL PODER . Mucho menos ante una audiencia sin "mayor preparación". Cabe decir, el PUEBLO PERUANO.

Hecha la digresión, vayamos a la nueva declaración. Transcurrido un tiempo "prudencial" desde aquélla declaración, y luego de mantenerse en "cura de silencio", por ser demasiada "franca", vuelve a declarar y arremete contra el CADE 2005, y en particular sobre los candidatos presidenciales que expusieron sus propuestas de gobierno. Sobre ellos -según la fuente citada- dice: "...la exposición de sus propuestas debe realizarse ante los pobladores de las zonas más alejadas y no con los empresarios...", y agrega: "Hay que tomar en cuenta que el Perú empieza en las provincias (...) La cosa no es estar en un CADE sentados sólo con empresarios, la cosa (sic) es el pueblo". Bien, examinemos dicha declaración. En primer lugar, trata de ser clara y precisa con respecto a que el CADE (Conferencia Anual de Ejecutivos), y en consecuencia los empresarios asistentes, no son representativos de la población. En segundo lugar, los candidatos no deben necesariamente tratar de convencer a los empresarios del CADE, sino a la población... del interior. En tercer lugar, hace un deslinde claro y directo en el sentido de que los empresarios que asisten al CADE 2005, no son los empresarios -directos usufructuarios del gobierno- a que ella se refería en dicha entrevista, sino un grupo empresarial de categoría no deliberante... y por lo tanto prescindibles políticamente. ¡No faltaba más!.


Sin embargo, más allá de las expresiones de la señora Karp con relación a la importancia de una conferencia anual de personas vinculadas al quehacer empresarial-ejecutivo, y que no necesariamente son inversionistas y/o empresarios ("hacedores de empresas"), es evidente que el CADE en su rol como grupo de presión económica no representa al poder real y efectivo y por lo tanto su papel deliberante en la política está siendo -marketeo por medio- exagerado dentro de la "opinión pública". Es posible que dicha tendencia sea alimentada por los denominados "líderes empresariales", como los Arturo, Samuel, Leopoldo y otros que buscan espacios políticos y/o de "negociación", antes que hacer del CADE un foro donde los empresarios/ejecutivos, supuestos conocedores de la realidad nacional, expongan sus planteamientos sobre propuestas económicas y/o políticas de Estado. Particularmente ante los congresistas, ministros y partidos o grupos políticos que directa o indirectamente son gobierno y/o hacedores de leyes. Ello a fin de consensar
una agenda política y económica a largo plazo. Hablamos entonces de hacer PAÍS... algo contrario a lo que se han acostumbrado con el afán de ser el centro de la atención, pero no el centro de las propuestas. Inclusive, sobre su actuar han sido acremente criticados. Recuerdo que hace unos años, la revista "Caretas" les dedicó la siguiente portada: "Un CADE... de risa". ¡Sin comentarios!.

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